In El Paso, Texas, where Luna Tierra Casa de Partos is located, midwifery’s community roots run deep. “A lot of people in our community were born with midwives,” says Lina Garcia, Luna Tierra midwife and co-founder, pointing to the long history of discrimination against Latinos in Texas. “It’s only been 37 years since hospitals here allowed Latinos in,” explains Lina. “There is a long legacy of people birthing with midwives here, which is very unique to this community, and was born out of deep need.”
“Medicalized apartheid has always been a reality here,” says Marisol Arreola, another Luna Tierra midwife and co-founder. After witnessing White midwives from outside the community providing “very neglectful, disrespectful” services, Marisol and Lina and others “came together with other Latina midwives to make a safe space for families, an oasis in the middle of the desert.” “We pay attention to every detail,” continues Marisol, “all the way down to the soap in the bathroom, to make sure that every family has the birth they deserve.”
Most of the women seeking care at Luna Tierra have very low incomes, mostly working at factories (known as maquiladoras) directly across the border in Mexico. “We need to keep our fees super low,” says Lina, “because workers here earn about $400 a month.”
The exploitative nature of maquiladoras, the scale of US militarization at the US-Mexico border, rampant obstetric violence, and the presence of Mexican drug cartels peddling to the US market all combine to produce what Lina describes as “a very high incidence of violence against women in this area.” Addressing this violence is core to Luna Tierra’s mission, says Marisol. “We see a vicious cycle of violence at the border,” continues Marisol. “We asked, How can you break that cycle? Where does it start? The answer is birth.” For Marisol, her decision to become a midwife reflected that answer. “We need to start with birth and rewriting those birth stories.”
Luna Tierra was founded in 2017, when Lina, Marisol, and other midwives pooled their energy and resources to rent a former warehouse and transform it into a beautiful space through hard work and creativity. Today, Luna Tierra provides a full range of Spanish- and English-language birth and reproductive care, community-based learning regarding breastfeeding and natural birth after cesarean, and birth worker training with a special focus on training local birth workers.
In Luna Tierra’s internal structure, says Lina, “We are seeking to break unhealthy hierarchies, to work as a collective to break down power structures, for our structure to be a mirror to our community.” Luna Tierra’s internal structure includes rotating clinical and administrative roles every two years, creating opportunities for everyone to learn and lead.
Luna Tierra joined the BCE network in 2023 and in June received a BCE Rapid Response grant to support their core staffing. “BCE’s grant gives us a cushion of time as we plan our next steps of sustainability,” says Lina. “It really made us feel seen and valued.”
“Every person in the world deserves midwifery and a space of love,” concludes Marisol. “Luna Tierra is here to support families claiming their own stories, their own power. This is how we are changing the world.”
Photo: “Stop Obstetric Violence” – Luna Tierra staff and former clients in International Women’s Day march at US-Mexico border.
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El Legado y la Innovación de la Partería
en la Frontera entre Texas y México
En El Paso, Texas, donde se encuentra Luna Tierra Casa de Partos, las raíces comunitarias de la partería son profundas. “Muchas personas en nuestra comunidad nacieron con parteras,” dice Lina García, partera y cofundadora de Luna Tierra, señalando la larga historia de discriminación contra los latinos en Texas. “Solo han pasado 37 años desde que los hospitales aquí permitieron el ingreso de latinos,” explica Lina. “Hay un largo legado de personas que dan a luz con parteras aquí, que es muy exclusivo de esta comunidad y nació de una profunda necesidad.”
“El apartheid medicalizado siempre ha sido una realidad aquí,” dice Marisol Arreola, otra partera y cofundadora de Luna Tierra. Después de presenciar a las parteras blancas de fuera de la comunidad brindando servicios “muy negligentes e irrespetuosos,” Marisol, Lina y otras “se unieron con otras parteras Latinas para crear un espacio seguro para las familias, un oasis en medio del desierto.” “Prestamos atención a cada detalle,” continúa Marisol, “hasta el jabón en el baño, para asegurarnos de que cada familia tenga el parto que se merece.”
La mayoría de las mujeres que buscan atención en Luna Tierra tienen ingresos muy bajos, en su mayoría trabajan en fábricas (conocidas como maquiladoras) directamente al otro lado de la frontera con México. “Necesitamos mantener nuestras tarifas súper bajas,” dice Lina, “porque los trabajadores aquí ganan alrededor de $400 al mes.”
La explotacíon de las maquiladoras, la escala de la militarización en la frontera entre EE. UU. y México, la violencia obstétrica desenfrenada y la presencia de cárteles mexicanos de la droga que trafican en el mercado de EE. UU. se combinan para producir lo que Lina describe como “una incidencia muy alta de violencia contra mujeres en esta área.” Abordar esta violencia es fundamental para la misión de Luna Tierra, dice Marisol. “Vemos un círculo vicioso de violencia en la frontera,” continúa Marisol. “Preguntamos, ¿Cómo se puede romper ese ciclo? ¿Dónde comienza? La respuesta es el nacimiento.” Para Marisol, su decisión de convertirse en partera reflejó esa respuesta. “Necesitamos comenzar con el nacimiento y reescribir esas historias de nacimiento.”
Luna Tierra se fundó en 2017, cuando Lina, Marisol y otras parteras unieron sus energías y recursos para alquilar un antiguo almacén y transformarlo en un hermoso espacio con mucho trabajo y creatividad. En la actualidad, Luna Tierra brinda una gama completa de cuidados reproductivos y del parto en español e inglés, aprendizaje basado en la comunidad sobre la lactancia materna y el parto natural después de una cesárea, y capacitación de parteras con un enfoque especial en la capacitación de parteras locales.
En la estructura interna de Luna Tierra, dice Lina, “buscamos romper jerarquías malsanas, trabajar en colectivo para romper estructuras de poder, que nuestra estructura sea un espejo de nuestra comunidad.” La estructura interna de Luna Tierra incluye roles clínicos y administrativos rotativos cada dos años, creando oportunidades para que todos aprendan y lideren.
Luna Tierra se unió a la red de BCE en 2023 y en junio recibió una subvención de Respuesta Rápida de BCE para respaldar su personal principal. “La subvención de BCE nos brinda un colchón de tiempo mientras planificamos nuestros próximos pasos de sostenibilidad,” dice Lina. “Realmente nos hizo sentir vistos y valorados.”
“Toda persona en el mundo merece una partería y un espacio de amor,” concluye Marisol. “Luna Tierra está aquí para apoyar a las familias que reclaman sus propias historias, su propio poder. Así es como estamos cambiando el mundo.”
Foto: La personal y miembras de la comunidad de Luna Tierra marchan del Día Internacional de la Mujer en la frontera entre Estados Unidos y México.